A la vuelta de Uganda: 10 consejos para un viaje más “eco”
Hace menos de 24 horas que puse un pie de nuevo en España, tras un viaje turístico a Uganda, con mi pareja. Durante todo el viaje he tenido muy presente escribir esta entrada, a la vuelta, con las ideas que me iban surgiendo con el paso de los días, una crítica observación y nuestros propios hábitos durante nuestra estancia en África.

Antes de seguir, indico que aunque no es que me haya recorrido el mundo de punta a punta (¡ojalá!), sí atesoro unas cuantas experiencias en el extranjero, como “viajera” de varios tipos, por lo que quiero dar un enfoque generalista para ayudar a los viajeros a minimizar su huella durante sus estancias, especialmente en países con recursos más limitados que España. Por la cercanía temporal, me referiré más a Uganda, pero la idea es que sea extensible.
Así que, allá vamos, con 10 consejitos para viajar más “eco”:
1.Reduce y reutiliza en el avión
La huella ecológica del simple hecho de viajar en avión ya es enorme. Puedes intentar minimizar los residuos generados en tu viaje rechazando las cosas que no vayas a tomarte o si llevas tu propia botella, evitando que te pongan vasos de plástico de un solo uso. Otra idea es usar tus propios auriculares, si se puede, y no abrir los que te dan.
2. Minimiza el plástico
Si ya es un problema en occidente, ¡ni te imaginas en Africa o el Sudeste asiático! El plástico se usa indiscriminadamente en los países más remotos donde es un problema aún mayor por la inexistencia del reciclaje. En la gran mayoría de lugares que hemos visitado en Uganda, la gestión de los residuos consiste en amontonarlos y quemarlos. No está mal, suponiendo que fueran todos residuos orgánicos, pero ya sabemos qué omnipresente material supone la gran mayoría de la basura, ¿verdad? Sé que no es fácil pero intenta rechazar todo lo posible el uso de bolsas y botellas de plástico.
3. Vuelve con tus residuos peligrosos
El repelente de mosquitos, los blister de medicamentos, las pilas y baterías… todos estos residuos necesitan una gestión especial que, seguramente, no se de en el país que visitas. Vuelve con ellos a España y tíralos en los contenedores correspondientes.
4. Involúcrate en algún proyecto social o medioambiental
Seguro que habrá cientos de ONGs y proyectos que puedes conocer y en los que puedes colaborar desde tu país de origen. No dejes pasar la oportunidad de involucrarte, una vez en el terreno.
5. Elige establecimientos locales
Eligiendo alojamientos, tiendas y comercios dirigidos por locales, estamos impulsando su propia economía y progreso, en lugar de premiar a los occidentales que ponen en marcha proyectos a muy bajo coste relativo.
6. Promueve y recompensa los sitios más “eco”
Como siempre, tus elecciones como consumidor marcan las tendencias del consumo. Intenta elegir o premiar de alguna manera los alojamientos o comercios que utilicen energías renovables y que cuenten con una gestión respetuosa y sostenible. En nuestro caso, nosotrxs no pudimos elegir los alojamientos, pero nos aseguramos de dejar una buena crítica en las redes en aquellos que utilizan energías renovables y se preocupan por el medio ambiente, especificando estas acciones en los comentarios.

7. No des limosnas
Dar dinero a las personas que piden por la calle, especialmente a los niños, no soluciona ningún problema. Al contrario, puede que estemos fomentando el funcionamiento de mafias organizadas que utilizan a los menores para obtener dinero, con lo que alimentamos el círculo de corrupción y violencia. Si quieres ayudar “en el instante” es mejor que dones parte de tu comida y mucho mejor si ves como la persona que lo recibe, lo consume en el momento.
8. Aprovecha la oportunidad con los guías locales
Si realizas actividades para las que necesites guías, aprovecha sus conocimientos no solo para llevar a cabo la actividad en sí, sino también para aprender sobre el lugar, la cultura, las costumbres, ¡conversa y aprende!
9. Respeta, respeta y vuelve a respetar
Puede que no comprendas algunas de las cosas que te pasen, algunos de los comportamientos de las personas y que ciertas situaciones te parezcan surrealistas. Pero no olvides que estás en un país con tradiciones y cultura totalmente diferentes y puede que tus creencias y hábitos aquí no signifiquen lo mismo. Así que, ten prudencia primero, respeta (y respira) luego y antes de reclamar o poner el grito en el cielo, trata de obtener información. Una buena convivencia es también parte del ecologismo 😉
10. ¡Disfruta!
Volverás pronto (demasiado pronto) a tu casa y tu rutina, así que disfruta todo lo posible, intentando dejar de lado el cansancio, la higiene obsesiva, la dureza de la cama y la dosis exacta de repelente.
